miércoles, 30 de noviembre de 2011
lunes, 21 de noviembre de 2011
ULTIMA EXPOSICION DEL AÑO: Alicia Antich: Ensayo sobre el movimiento continuo
martes, 15 de noviembre de 2011
Exposición solidaria a beneficio de Proyecto Surcos
martes, 1 de noviembre de 2011
Texto de Verónica Gómez sobre la exposición de Camilo Guinot "Movil recurrente"
lunes, 17 de octubre de 2011
jueves, 6 de octubre de 2011
Camilo Guinot - Movil Recurrente
jueves, 29 de septiembre de 2011
Dos videos sobre la exposición de Ricardo Roux
miércoles, 21 de septiembre de 2011
Texto de Juan Carlos Romero sobre Ricardo Roux
Esta es la sensación que dan los artistas que crean sus obras aprovechando la fuerza que tienen puesta en sus manos y que saben manejar sus instrumentos con la misma violencia creadora que el río.
Asi también van dejando a su paso todas las marcas necesarias que al final podrán conmover a todo aquel que con su sensibilidad sepa gozar frente a ellas.
Líneas sinuosas, manchas informales e indefinidos planos. Este es el repertorio que se que se va delineando en cada una de las pinturas que como una extravagante cartografía conlleva una única imagen inconfundible y sonora que nos habla a través de sus textos.
Esto es todo lo que vemos y miramos: energía, río, línea, plano, cartografía, sonido, texto y un sinnúmero mas de cualidades para una obra que se fue construyendo a lo largo del tiempo y a través de una práctica incesante y sin descanso.
Es la obra de Ricardo Roux.
Hoy se esta frente a la última producción que lleva a insinuar la presencia de grafismos y textos ocultos en medio del extasiado espacio pleno de color, aun cuando el color parezca estar presente, solamente, como una sutil referencia.
Pensar en la escritura japonesa al ver la obra de Roux y pensar en su familiaridad es una virtud innegable del artista, aunque se deba suponer que esto es sólo pura coincidencia estética. Aunque las coincidencias no son casuales. La obra de Roux siempre estuvo en el camino del arte donde los espacios fueron acertadamente contradictorios y complementarios. Donde la tormenta visible no es un mero accidente sino que ha sido producida en forma intelectual.
El Tao nos conduce a interpretar las bellas imágenes de este artista:
porque con respecto a las cosas
algunas van delante, algunas siguen;
algunas son pura llama, algunas son frías;
algunas son vigorosas; algunas son débiles;
algunas duraderas, algunas frágiles.
sábado, 3 de septiembre de 2011
miércoles, 17 de agosto de 2011
Algunas fotos de nuestro stand en LimaPhoto2011
jueves, 11 de agosto de 2011
martes, 2 de agosto de 2011
Inauguración être MADI: Lorena Faccio y Gaël Bourmaud

jueves, 7 de julio de 2011
Alicia Antich: Cancha de trompos
- Pueden participar tantos jugadores como trompos.
- Elegir un trompo y accionarlo manualmente en la cancha, sobre el papel sellado.
- Retirarlo del campo cuando se pare y constar en la hoja:color de trompo, nombre y tiempo.
- El 2º jugador elegirá otro trompo que accionará ídem al anterior y así sucesivamente.
- Ganará el jugador cuyo trompo haya realizado mayo número de trazos según el tiempo de giro.
- Cada jugador podrá realizar hasta tres intentos.
miércoles, 6 de julio de 2011
Carlos Alonso - Pasteles (1990-2010)

Durante Julio los esperamos con una exposición de pasteles de Carlos Alonso que recorre varias de sus series más conocidas: obras de temática social, paisajes de Unquillo, el pintor y la modelo... y otros.
miércoles, 29 de junio de 2011
miércoles, 15 de junio de 2011
Universos Paralelos: Texto de Catálogo
“Y, como ayuda de lo que verdaderamente es,
hay un razonamiento exacto y verdadero que dice que en tanto una cosa es una
cosa y otra vez, ninguna de las dos puede existir nunca en la otra, de modo tal
que sean una única cosa idéntica y dos a la vez.”Platón, Timeo 52 c - d
Dos artistas entablan un diálogo sobre la existencia y toman café.
Hacen esfuerzos por ordenar las palabras de manera que coincidan lo más exactamente posible con sus ideas, que giran con las cucharitas al mezclar el azúcar. Imágenes destellan en ambas mentes y se proyecta en el espacio cada modelo imaginado. Modos de ver, tal vez opuestos, se encuentran, complementándose. Configurando una imagen que se abre y se despliega. Todo el universo inabarcable se hace accesible a la vez que se oculta. Los esfuerzos por comprender encuentran sus propios límites. Pero la percepción de pertenecer a ese mismo universo que se contempla permite encontrar en la relación de las partes, huellas latentes de un todo que ya se manifiesta en cada detalle. Así los artistas, con su repertorio de imágenes, encuentran caminos para otear lo inefable.Transcurren los días y los meses; el intercambio de bocetos y las charlas. Finalmente acomodan los papeles donde se esboza un proyecto y sus varias etapas. Encuentran un libro: el “Timeo” de Platón y su explicación de la constitución del universo, donde el filósofo griego se explaya en la relación entre los cuatro elementos y los cuerpos geométricos regulares. La estructura íntima del fuego es el tetraedro, la del aire el octaedro, la del agua el icosaedro, la de la tierra el cubo. Pero estos cuerpos son cinco y a la hora de nombrar al último, su palabra se hace esquiva, limitada para las certezas, poética. El dodecaedro despliega su fascinación y sus caras entagonales se disponen como soportes en series de doce para aquellas imágenes intuidas. El pentágono y sus áureas proporciones, como posible modelo de perfección y equilibrio, es llevado por Platón, en el dodecaedro, a modelo explicativo del universo en una única frase: Puesto que todavía había una quinta composición, el dios la utilizó para el universo cuando lo pintó. Platón, Timeo 55c Así el dodecaedro, su estructura de cuerpo geométrico, su despliegue como figura en el plano -que permitiría que los doce pentágonos lo vuelvan a armar-, se transforma en ejercicio plástico y creativo que interpela la propia vida del hombre, que intenta desentrañar desde sus manipulaciones un secreto orden que, aunque se le presenta como misterio, intuye posible. El uso plástico y material de la geometría, puede remitir a conceptos ideales al presentar su exacta estructura a nuestra percepción. Más acá, en lo terrenal, dialoga con la diversidad con que la realidad nos muestra sus facetas. En cada pentágono surge una estructura única como metáfora de esa diversidad que compone la existencia. Giovanetti propone sus óvalos, que aluden a una realidad abstracta que parte de una
interpretación del universo, una relación de magnitud global. Espinosa profiere palabras e imágenes que se concretizan en el plano de lo humano como presencia viva en ese universo. Los pentágonos se muestran relacionados y a la vez diferenciados entre sí, conservando su individualidad como módulos reemplazables.“Universos Paralelos” sugiere realidades que no se cruzan o confunden, pero también alude a ámbitos que pueden coexistir sin invadirse, desarrollando elementos diferenciales que inmediatamente se conectan al vincularse en la posibilidad de un todo.
La geometría aparece como estructura profunda capaz de sostener las expresiones más diversas; la manifestación y concreción en acto de las potencias de la diversidad. Cada pentágono muestra un mundo, cada mundo se conecta con otros undos. Podemos imaginar esa geometría presente en lo más profundo de la realidad, sosteniendo e interpelando las estructuras materiales, espirituales y sociales; ofreciéndose a la conciencia humana como un lugar para pensarse.
Miguel Angel Giovanetti
Las líneas rectas del perímetro del pentágono adquieren dinamismo al no alinearse en una grilla ortogonal. Dialogan en un contrapunto entre la regularidad que compone a la figura y la irregularidad con la que se vinculan con el espacio bidimensional debido a la inclinación de sus ángulos obtusos. Al unirse dos pentágonos el segundo debe realizar un giro para compartir un lado y así con un tercero y un cuarto. A diferencia del hexágono o el cuadrado que pueden constituir una malla infinita.En trabajos anteriores, la figura generadora del óvalo aparecía completa en la superficie de la tela y en la unión, al cruzarse distintos óvalos se pintaban las superficies que nacían de esos vértices. Para abordar cada pentágono Giovanetti aumenta el tamaño del óvalo para darle mayor dinámica. Lo curvo confronta a lo recto. El óvalo es un desestabilizador puede tomar cualquier figura y cargarla de energía manifestándose como la vida misma contrapuesta a la organizacion matemática sin abandonar en ningún momento el terreno de la geometría. En cada superficie aparecen fragmentos de óvalos de grandes dimensiones que también se cruzan pintando contrastes de fríos y cálidos en las intersecciones. Geometría abstracta pura que da importancia al fondo sobre el que transita. La precisión de cada pentágono del dodecaedro es desarticulada y dinamizada por la aparición de los óvalos. Cada figura puede unirse por distintos lados generando relaciones casuales: fondo-fondo, fondo-figura, figura-figura. Como imagen, el óvalo está plasmando en el trayecto una escritura abstracta que a su paso impone una explosión de color.En ese juego estético se refleja la movilidad elíptica del
universo.Luis Espinosa
La palabra concentra todo el esfuerzo de sostener significados que permitan clarificar la conciencia sobre el mundo. En el desarrollo del dodecaedro ingresan en lo plástico, palabra e imágenes, en busca de resonancias. Tarea que igualmente resulta esquiva. Sólo es posible reordenar algunos códigos, descifrar indicios, proyectar hipótesis. El texto en griego resulta un homenaje al idioma primario, al gen etimológico. Las palabras de Platón no se leen como frase en su contenido semántico sino como frase-forma. Adquieren la potencia de imágenes, devienen hecho plástico cuando la forma y el contenido es la letra. Aparecen fragmentadas, sin atender a las reglas de la lectura ni al empuje de la fuerza de gravedad. Levitan superponiéndose a las imágenes pero aún retienen la alineación geométrica del renglón. La imagen surge de la palabra misma. Los procesos de la vida y del conocimiento en el nudo de la dimensión existencial humana llaman la atención
desde los dibujos explicativos con que la ciencia pretende acercarse al saber. La misma limitación de esos sistemas para agotar la complejidad de la experiencia contrasta con la confianza con que los abordamos. La flecha, la sigla, la fórmula, el gráfico despliegan signos que apuntan hacia una realidad, señalándola. Aluden a la vida en el planeta y a su procesos de modificación. La diversidad fito-zoológica, el experimento químico, los procesos tecnológicos,
ejemplifican la evolución del hombre que es el que, a su vez, pone la palabra y trata de comprender. Dentro del pentágono constituyen una unidad multívoca a la espera de la mirada que le otorgue sentido.
Luis Espinosa
viernes, 27 de mayo de 2011
Cerró arteBA'11!!

miércoles, 18 de mayo de 2011
miércoles, 20 de abril de 2011
jueves, 14 de abril de 2011
Texto de Catálogo: Sany Pereyra Iraola
Al observar una partitura de Mozart llama la atención el manuscrito fluido, exacto, limpio. Nos dicen, los biógrafos o el mito, que el compositor escribía así los originales de su música, sin enmiendas ni tachaduras. Cada nota arrojada sobre el pentagrama con la más certera convicción de que ocuparía el perfecto lugar en la obra.
La explicación subsiguiente apela a la idea de que toda su música sonaba ya en su “cabeza” y que simplemente transcribía aquello que “escuchaba”. Si sabemos que el sonido es una onda vibratoria producida por un movimiento mecánico y que se propaga a través del aire podemos entender que al terminar la impecable escritura, la música, inexistente aún como hecho físico, había existido sólo como idea en su mente. En el siglo XX, Sol Lewitt hablará de “concepto”.
Sany Pereyra Iraola trabaja sobre una idea que luego nos hará llegar como huella, en un proceso de materialización, en un esfuerzo de hacer perceptible, comunicable, una captación intelectual del mundo. Lo que finalmente el espectador encuentra no es el objeto-obra en sí, sino una serie de nodos o señales que remiten a la demarcación de un camino, un espacio. Indicios que nos permiten desandar el camino para llegar a la fuente.
Sany diseña los Tejolinks, módulos que compondrán un todo mutable, con posibilidad de crecer orgánicamente al multiplicarse. Cada uno de ellos, una vez diseñado para existir visualmente, puede reproducirse o cambiar de escala y color.
Al nombrarlos pareciera estar indicando algo más para que podamos acercarnos a comprender en profundidad. Un tejo es una pieza circular utilizada para distintos juegos. Link significa conexión.
Cada Tejolink sería entonces un punto de conexión que invita al juego, a poner en juego.
Al llamar nuestra atención sobre su propio diseño -que combina, formas a la vez construidas con curvas y otros círculos, pintadas con dos o tres colores planos-, cada punto se carga de una energía pero es imposible que se resuelva en sí mismo porque inmediatamente hay otro punto que impone su presencia. Reforzado por la igualdad de diseño se genera un puente, una conexión entre ellos, y así, sucesivamente con el resto.
La conexión se vuelve red y sin que estemos prevenidos, involucra un aspecto estructural inmaterial que termina siendo esencial al origen de todo el proceso. Esta red invisible que sostiene a los Tejolinks relacionándolos como notas musicales, se comienza a percibir como la trama de una partitura donde cada módulo define coordenadas. Así la alineación horizontal planteará línea melódica y la superposición vertical, acorde o cluster. Esto transforma en parte de la obra cualquier espacio donde ésta se monte: pared, piso, techo. Toda arquitectura o sitio, cualquiera sea su tamaño, quedarán conectados en estos intercambios de energía.
El permiso de juego invita al espectador -que ahora es partícipe como garante de la conexión- a leer estos pentagramas y a sostener la partitura como concepto: La idea de una música en la mente.
En la experiencia nos abrimos, expandimos nuestra conexión con el mundo hacia afuera con la posibilidad de atisbar un infinito.
Texto de Catálogo: Jeannette von Gerstenberg
Un telar de cintura, el cuerpo de una mujer sosteniendo la urdimbre, cantándole a la misma divinidad que atiende sus partos sobre el mismo suelo en que ahora ve nacer el tejido. En la destreza de sus manos ancestrales se despliega el secreto de toda la humanidad cantándole a la vida. Cada fibra, teñida con el caldo caliente de una corteza, de una raíz o un tallo, con la tinta del insecto o el mineral extraído de la piedra. Cada fibra retorcida con las yemas, devanada sobre el eje de la misma existencia. La tela resultante, abriga a través de los siglos, rastros de todo ritual de los seres humanos destinado a seguir tejiendo comunidades.
Jeannette von Gerstenberg, viajera, toma testimonio del trabajo textil de distintos pueblos originarios de nuestro continente y comienza su ritual transformador sobre esas mismas telas que portan el secreto en su trama. Pero no se trata aquí de revelar secretos. Lo que va a permanecer oculto es indescifrable. La acción de la artista sólo buscará intuir y nos pondrá delante de esa magnífica experiencia de purificación que ofrece todo ritual.
Jeannette se desprende de una figuración de horizontes para ser absorbida por completo por la porosidad de una tierra que lejos de mostrarse oscura se revela en la vitalidad del color y en la atracción de la fuerza de gravedad. Donde hubo una nube queda la huella vertical de una lluvia fecunda donde cada gota ha penetrado la profundidad.
El ritual se estructura en dos fases. La primera podría llamarse “presentación” y es la que trabaja con el primer registro del encuentro con la sabiduría textil indígena. No es la tela en sí, sino la fotografía de la tela que es tratada a su vez como material textil. Las hebras de papel se disponen verticales, yuxtapuestas. Los grados de luminosidad y color se van ordenando en función de una composición horizontal. Y es justamente ésta, la solución plástica que re-presenta la esencia del tejido original. El ojo se encarga de reproducir, en vertical y horizontal, el tejido que ya no aparece como artesanía en el mercado sino que transforma al mismo espectador en telar vivo.
La segunda fase sería la “transmutación”. Está signada por la traducción pictórica de lo que la textura de papel ofrecía. Es el óleo -sus pigmentos minerales- el que dispone aquí trazados de color, su vibración. En ocasiones ordenando expresivas líneas verticales que se deshacen y reaparecen; en otras la trama se manifiesta en la visibilidad de los puntos que la componen.
Este cambio de naturaleza no sólo se produce en la obra; todo ritual implica un cambio profundo en sus participantes.
Ya dentro del espectador -que ahora es partícipe como telar vivo- el tejido regresa a la tierra de donde había salido llevándonos a ser tierra en el sentido más profundo de comunión humana con la naturaleza.
Algo se concentra en estas obras y en nosotros cuando las percibimos, una dimensión de conexión hacia adentro, hacia el nudo más apretado de nuestra
esencia.