miércoles, 29 de junio de 2011

miércoles, 15 de junio de 2011

Universos Paralelos: Texto de Catálogo

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“Y, como ayuda de lo que verdaderamente es,
hay un razonamiento exacto y verdadero que dice que en tanto una cosa es una
cosa y otra vez, ninguna de las dos puede existir nunca en la otra, de modo tal
que sean una única cosa idéntica y dos a la vez.”

Platón, Timeo 52 c - d



Dos artistas entablan un diálogo sobre la existencia y toman café.
Hacen esfuerzos por ordenar las palabras de manera que coincidan lo más exactamente posible con sus ideas, que giran con las cucharitas al mezclar el azúcar. Imágenes destellan en ambas mentes y se proyecta en el espacio cada modelo imaginado. Modos de ver, tal vez opuestos, se encuentran, complementándose. Configurando una imagen que se abre y se despliega. Todo el universo inabarcable se hace accesible a la vez que se oculta. Los esfuerzos por comprender encuentran sus propios límites. Pero la percepción de pertenecer a ese mismo universo que se contempla permite encontrar en la relación de las partes, huellas latentes de un todo que ya se manifiesta en cada detalle. Así los artistas, con su repertorio de imágenes, encuentran caminos para otear lo inefable.Transcurren los días y los meses; el intercambio de bocetos y las charlas. Finalmente acomodan los papeles donde se esboza un proyecto y sus varias etapas. Encuentran un libro: el “Timeo” de Platón y su explicación de la constitución del universo, donde el filósofo griego se explaya en la relación entre los cuatro elementos y los cuerpos geométricos regulares. La estructura íntima del fuego es el tetraedro, la del aire el octaedro, la del agua el icosaedro, la de la tierra el cubo. Pero estos cuerpos son cinco y a la hora de nombrar al último, su palabra se hace esquiva, limitada para las certezas, poética. El dodecaedro despliega su fascinación y sus caras entagonales se disponen como soportes en series de doce para aquellas imágenes intuidas. El pentágono y sus áureas proporciones, como posible modelo de perfección y equilibrio, es llevado por Platón, en el dodecaedro, a modelo explicativo del universo en una única frase: Puesto que todavía había una quinta composición, el dios la utilizó para el universo cuando lo pintó. Platón, Timeo 55c Así el dodecaedro, su estructura de cuerpo geométrico, su despliegue como figura en el plano -que permitiría que los doce pentágonos lo vuelvan a armar-, se transforma en ejercicio plástico y creativo que interpela la propia vida del hombre, que intenta desentrañar desde sus manipulaciones un secreto orden que, aunque se le presenta como misterio, intuye posible. El uso plástico y material de la geometría, puede remitir a conceptos ideales al presentar su exacta estructura a nuestra percepción. Más acá, en lo terrenal, dialoga con la diversidad con que la realidad nos muestra sus facetas. En cada pentágono surge una estructura única como metáfora de esa diversidad que compone la existencia. Giovanetti propone sus óvalos, que aluden a una realidad abstracta que parte de una
interpretación del universo, una relación de magnitud global. Espinosa profiere palabras e imágenes que se concretizan en el plano de lo humano como presencia viva en ese universo. Los pentágonos se muestran relacionados y a la vez diferenciados entre sí, conservando su individualidad como módulos reemplazables.“Universos Paralelos” sugiere realidades que no se cruzan o confunden, pero también alude a ámbitos que pueden coexistir sin invadirse, desarrollando elementos diferenciales que inmediatamente se conectan al vincularse en la posibilidad de un todo.
La geometría aparece como estructura profunda capaz de sostener las expresiones más diversas; la manifestación y concreción en acto de las potencias de la diversidad. Cada pentágono muestra un mundo, cada mundo se conecta con otros undos. Podemos imaginar esa geometría presente en lo más profundo de la realidad, sosteniendo e interpelando las estructuras materiales, espirituales y sociales; ofreciéndose a la conciencia humana como un lugar para pensarse.

Miguel Angel Giovanetti
Las líneas rectas del perímetro del pentágono adquieren dinamismo al no alinearse en una grilla ortogonal. Dialogan en un contrapunto entre la regularidad que compone a la figura y la irregularidad con la que se vinculan con el espacio bidimensional debido a la inclinación de sus ángulos obtusos. Al unirse dos pentágonos el segundo debe realizar un giro para compartir un lado y así con un tercero y un cuarto. A diferencia del hexágono o el cuadrado que pueden constituir una malla infinita.En trabajos anteriores, la figura generadora del óvalo aparecía completa en la superficie de la tela y en la unión, al cruzarse distintos óvalos se pintaban las superficies que nacían de esos vértices. Para abordar cada pentágono Giovanetti aumenta el tamaño del óvalo para darle mayor dinámica. Lo curvo confronta a lo recto. El óvalo es un desestabilizador puede tomar cualquier figura y cargarla de energía manifestándose como la vida misma contrapuesta a la organizacion matemática sin abandonar en ningún momento el terreno de la geometría. En cada superficie aparecen fragmentos de óvalos de grandes dimensiones que también se cruzan pintando contrastes de fríos y cálidos en las intersecciones. Geometría abstracta pura que da importancia al fondo sobre el que transita. La precisión de cada pentágono del dodecaedro es desarticulada y dinamizada por la aparición de los óvalos. Cada figura puede unirse por distintos lados generando relaciones casuales: fondo-fondo, fondo-figura, figura-figura. Como imagen, el óvalo está plasmando en el trayecto una escritura abstracta que a su paso impone una explosión de color.En ese juego estético se refleja la movilidad elíptica del
universo.


Luis Espinosa
La palabra concentra todo el esfuerzo de sostener significados que permitan clarificar la conciencia sobre el mundo. En el desarrollo del dodecaedro ingresan en lo plástico, palabra e imágenes, en busca de resonancias. Tarea que igualmente resulta esquiva. Sólo es posible reordenar algunos códigos, descifrar indicios, proyectar hipótesis. El texto en griego resulta un homenaje al idioma primario, al gen etimológico. Las palabras de Platón no se leen como frase en su contenido semántico sino como frase-forma. Adquieren la potencia de imágenes, devienen hecho plástico cuando la forma y el contenido es la letra. Aparecen fragmentadas, sin atender a las reglas de la lectura ni al empuje de la fuerza de gravedad. Levitan superponiéndose a las imágenes pero aún retienen la alineación geométrica del renglón. La imagen surge de la palabra misma. Los procesos de la vida y del conocimiento en el nudo de la dimensión existencial humana llaman la atención
desde los dibujos explicativos con que la ciencia pretende acercarse al saber. La misma limitación de esos sistemas para agotar la complejidad de la experiencia contrasta con la confianza con que los abordamos. La flecha, la sigla, la fórmula, el gráfico despliegan signos que apuntan hacia una realidad, señalándola. Aluden a la vida en el planeta y a su procesos de modificación. La diversidad fito-zoológica, el experimento químico, los procesos tecnológicos,
ejemplifican la evolución del hombre que es el que, a su vez, pone la palabra y trata de comprender. Dentro del pentágono constituyen una unidad multívoca a la espera de la mirada que le otorgue sentido.



Luis Espinosa